Cómo procesa el cerebro la información
El cerebro funciona después de que lo que se ve y se escucha es trasmitido por unas áreas. Primero son las de la emoción y luego la emoción pasa a las áreas cuya función es, por asociación, codificar la información para aprender y memorizar.
Existen dos hemisferios cerebrales, (aquí encontrarás ejercicios para ejercitar ambos hemisferios cerebrales) el derecho y el izquierdo, que si no se trabajan y procesan de manera conjunta se producen desajustes y la información no se procesa de forma objetiva.
Por un lado existe el procesamiento deductivo (causa-efecto) del hemisferio izquierdo, que está especializado en el razonamiento lógico-deductivo y que nos traduce las experiencias. Lo único que le interesa al hemisferio izquierdo es que los hechos parezcan creíbles. Cuando el hemisferio izquierdo se desconecta (cuando la rabia o el enfado toman protagonismo, por ejemplo. La parte que razona queda bloqueada y predomina la que siente y la instintiva) el hemisferio derecho carece del contexto necesario para dar sentido a lo que ve.
Y por otro, el procesamiento narrativo coherente (forma alternativa de procesar la información y aprender), el cual vamos a trabajar. Se trata de poner palabras a lo que nos pasa, lo más objetivo posible para lograr una correcta integración mental. Nuestro bienestar mental depende del nivel de integracción.
La
integración puede darse tanto
vertical como horizontal, es decir, se debe trabajar el cerebro en su
totalidad. Es esta integración bilateral la que nos permite una
narrativa coherente.
Otra manera de integración es la temporal, que nos permite conectar el yo con el pasado y el presente y que se anticipa al futuro.
Ejercicios para una narrativa coherente
Existen ejercicios, para ayudarte a solucionar problemas de forma sencilla, como reconocer pensamientos irracionales o ejercicios para mejorar la lógica y el razonamiento. Pero ¡Cuidado! porque la objetividad absoluta NO EXISTE. Antes de nada, debes cuestionarte todo y plantearte ¿Qué es lo lógico? No todo el mundo maneja la misma lógica. Por ello hay que aprender a distinguir lo que es importante de lo que no lo es, lo que está mal de lo que está bien según la sociedad en la que vivimos para mantener relaciones saludables. Definitivamente enfadarse con la persona acertada, en el momento oportuno y con la intensidad adecuada es de las cosas más complicadas que hay.
Como estamos viendo el proceso es algo complejo pero es posible, así que en este apartado vamos a comenzar por seguir los siguientes consejos:
Evita el uso de adjetivos calificativos. Todos necesitamos desahogarnos y puedes hacerlo, pero trabaja para transmitir hechos describiendo la situación sin adjetivos.
No generalices. Con las generalizaciones se demuestra vagueza cognitiva y un pensamiento transductivo (pensamiento asociado a la infancia. Por ejemplo, hoy ha salido el sol porque el día se ha portado bien). Esto demuestra un razonamiento causa-efecto no desarrollado correctamente.
Finalmente, debes tener en cuenta que existen situaciones incontrolables, que no dependen de ti, por ello te aconsejo que te deshagas de todo aquello que te hace daño, no intentes mantener relaciones dañinas para poder centrarte en ti mismo. Una de las cosas que más te puede ayudar a controlar aquello que si depende de ti es: si no sabes que hacer NO HAGAS NADA.