La rabieta de Límbico

Nombre: La rabieta de Límbico.

Nº:7

Duración: 20- 25 minutos.

Destinatarios: Infantes, educadores y familias.

Espacio donde se desarrolla: Sala psicomotricidad o exterior (si hace buen tiempo).

Edad: 2-3.

Objetivo/s: Comprender qué ocurre cuando una emoción toma demasiado protagonismo mediante la representación teatral.

Contenidos trabajados:

o Contenidos emocionales como la ira y el enfado.

o Contenidos cognitivos como la lógica, la memoria y la imaginación.

o Contenidos espaciales como dentro, fuera, arriba, abajo, detrás, delante.

o Contenidos lingüísticos como las partes del cerebro y algunas de sus cualidades.

Esta actividad corresponde a la segunda reunión de toda la comunidad educativa, durante el segundo trimestre del curso.

Esta actividad es una herramienta útil para comprender qué ocurre cuando unas emociones tienen más protagonismo que otras. Para ello se utilizará el teatrillo anteriormente nombrado ya que es importante que se mantengan los dos pisos En el piso de arriba, que es la metáfora de la parte racional del cerebro se encontrará la señora Neocortex y en la parte de abajo el Límbico y el Reptiliano. En principio todos viven en armonía y esto para el niño es muy fácil de entender, pero ¿Qué ocurre cuando, de repente, una emoción toma más protagonismo que las demás? Ocurre que el señor Reptiliano ofrece alternativas instintivas y poco acertadas por lo que el señor Límbico comienza a elevarse hacia arriba, al elevarse derriba el piso de arriba (se puede acompañar con ruido simulando un terremoto) y con él a la señora Neocortex, el niño, por tanto, comprende enseguida que cuando una emoción toma protagonismo se deja de pensar, de ser racionales y lógicos y se deja de tener ideas. Cuando la parte límbica deja de elevarse reaparece la parte del Neocortex y comienza a ofrecer alternativas racionales. Esta herramienta se podrá utilizar cada vez que se quiera corregir algún comportamiento modificando el contenido.

Inicio: Se crea expectación ante la obra de títeres, animando a los presentes a que se sienten alrededor del teatrillo. Se preguntará a los presentes si recuerdan la primera obra, realizando preguntas como: "¿Cómo se llamaban el personaje verde, y el rosa...? Ayudando a recordar también las características de cada uno antes de comenzar, siempre de una manera dinámica y con alegría, para motivar a la escucha activa.

Desarrollo: Se sacarán los títeres de la cabeza sensorial y se representará la historia de "La rabieta de Límbico". Una vez finalizado se realizarán preguntas como: "Y a vosotros/as ¿Qué cosas os hacen enfadar?, ¿Qué creéis que ocurre cuando os enfadáis? animando a niños/as y adultos a participar por igual, después los infantes tendrán tiempo para el juego libre tras el teatro.

Cierre: Para finalizar, este segundo encuentro, se invitará a los presentes a la sala de psicomotricidad, ambientada con música relajante, donde estarán colocadas una colchoneta por persona, o cada dos, en círculo, y se realizará una relajación segmentada, en la que la educada realizará una serie de preguntas a los participantes para que comprendan mejor lo que tienen que hacer: "Ahora vamos a la sala de psicomotricidad, vamos a aprender qué pasa cuando nos enfadamos, y qué podemos hacer para sentirnos mejor".

Recursos necesarios:

Humanos: Dos educadoras/es que representarán el teatrillo, y otra/o que evaluará a toda la comunidad educativa, además de una educadora/or auxiliar que servirá de apoyo.

Materiales: Teatrillo, cabeza sensorial, marionetas, colchonetas y un reproductor de música.

Indicadores de evaluación de la actividad: Si comienzan a verbalizar adecuadamente qué ocurre cuando una emoción tiene más protagonismo que otra.

Observaciones: Esta actividad se puede realizar todas las semanas variando el contenido de la historia. El ejercicio de relajación se puede variar añadiendo un globo pequeño al ejercicio. Se infla, se desinfla y se suelta para ver qué pasa.

El cuento dará la alternativa de soplar las estrellas cuando los infantes estén enfadados y sientan rabia. Por lo que las educadoras/es crearán, previamente, estrellas de diferentes colores, del tamaño de medio folio y las colgarán en el aula con una cuerda para redirigir a los infantes a ese rincón cuando no sean capaces de controlar su rabia o su enfado.